# 120


Cada vez que me giro

para acordarme de ti, Padre,
me arrastra una corriente tan fuerte,
como de mar oscuro,
pero hecha de luz,
como de abrazo tejida.

Y te recuerdo,
siempre tan cerca.

Y me duele,
siempre tan dentro,
haber sido incapaz de decirte
lo mucho, lo tanto,
que desde siempre
te quise,
te quiero,
me faltas.

Comments

Anonymous said…
M'agrada. És molt bonic.
Francesc
azogue said…
Grácies, Francesc.

una abraçada enorme:

Popular posts from this blog